domingo, 13 de junio de 2010

PERSEVERANCIA EN LA FE.


Siempre nos han enseñado a los gentiles (goyim) que la Escritura dice que debemos perseverar para obtener el favor y premio de Elohim. Pero lo que no nos enseñaron bien es en la manera de cómo hacerlo. En general nos enseñaron que lo único que hace falta es tener fe y amor o, dicho de otra manera, creer y amar a Dios, al hombre-dios (su Hijo), y a las demás personas y rezar; que con eso basta para resistir en los días malos. Y eso es un gran error de enseñanza, lejos de verdadero sentido hebreo de las Escrituras.





En primer lugar hay que despojarse de la errónea idea de creer que el pueblo hebreo ha sido desechado del favor de Elohim para ser reemplazado por otro que no respeta sus mandamientos. No puede haber un engaño mayor que ese… Quien enseña que el pueblo yahudim (judío) está abandonado por Elohim, no enseña para nada amor, todo lo contrario. Y no sólo enseña lo contrario de amor al pueblo yahudim, sino también a su Elohim.





Hacer el razonamiento basado según la RVen 1Juan 4:2-3 que dice

«En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.» para concluir que al negarlo a Jesús todos los judíos (tanto de aquella época como los actuales), entonces todos son anticristos e hijos de satán, están todos engañados con falsas verdades. Sí, porque existen las “falsas verdades”. Una falsa verdad es ni más ni menos una mentira disfrazada de verdad.





Si el Mesías le dijo a la mujer samaritana: «Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación procede de los yahuditas. (Juan 4:22)», y si la salvación procede de los yahudim(judíos), no quiere decir que el Mesías dejó de ser yahudí/judío para salir del pueblo que es abandonado por Elohim. Recordemos que cuando dice “judíos”, no se refiere que proviene de lo que hoy se conoce como judaísmo, sino que hablaba de la tribu hebrea de yahudáh(judá/judea) que había quedado en ese tiempo y se componía también de algunos de binyamin(benjamín) y de leví. Las demás tribus habían sido dispersadas.




Es cierto que Pablo dijo:

«No es que haya fallado la palabra de Elohim; es que no todos los nacidos de Yisrael son de Yisrael, ni por ser descendientes de Avraham son todos hijos suyos, sino que: “En Yitsjaq se te contará tu descendencia”.» Rom.9:6-7.

¿Está Pablo diciendo que Yisrael dejó de ser su pueblo amado? ¿está diciendo que no hace falta honrar a Elohim como lo hace Yisrael para ser escogido? De ninguna manera. Pablo también dijo:

«Esto quiere decir que no son los hijos naturales los que se cuentan como hijos de Elohim; más bien, los que son hijos como resultado de la promesa son los que se cuentan como descendencia. (Rom.9:8)». Y la promesa es llegar a ser hijos de Elohim independientemente de la descendencia sanguínea. Y a partir de Yitzjaq nació Yisrael, quien dio a luz a las 12 tribus. Y para que la promesa de descendencia llegara a todos vino el Mesías, al mismo tiempo que, como dice Pablo:

«Hermanos, para que no sean sabios en su propio concepto, no quiero que ignoren este misterio: que el endurecimiento que le ha ocurrido a Yisrael es parcial, hasta que haya entrado el número pleno de gentiles; y entonces todo Yisrael se salvará, como está escrito: “De Tsiyón vendrá el Libertador, para quitar de Yaaqov la impiedad; éste es mi compromiso con ellos, cuando yo quite sus pecados”.(Rom.11-25-27)» Y Yaaqov es también llamado Yisrael y es el padre de las 12 tribus.

Por lo tanto es un engaño enseñar que un pueblo fue reemplazado por otro por parte de Elohim. Pablo lo dice claramente, Elohim no cambia de decisión ni duda. «Así que, con respecto a la Buena Noticia son enemigos, para ventaja de ustedes; pero en cuanto a la elección son predilectos por motivo de los padres; porque los dones y el llamamiento de YaHWéH son irrevocables.(Rom.11:28-29)». Y la “raíz” de la que habla Rom.11 es el pueblo de Yisrael y no el de Roma; pueblo de Yisrael que ha nacido como olivo natural y tiene ramas naturales que son los israelitas descendientes sanguíneos de Yitzjaq por medio de Yaaqov. Algunas ramas naturales fueron cortadas para que ramas silvestres fueran injertadas, osea aquellos que no son descendientes sanguíneos israelitas pero se hacen descendientes por medio del Mesías.






En segundo lugar, dividir al Ser del Todopoderoso YaHWéH en tres personas o dos poderes es una falta de amor al mismo Ser único, indivisible en cualquier aspecto. Y peor aún es humanizar a tal Ser que no tiene principio ni fin, que es Eterno e Inmortal, que no puede ser limitado en un cuerpo y mostrarlo con una metamorfosis que no tiene nada que ver con su naturaleza divina. En todas las Escrituras Elohim declara ser absolutamente único, y no comparte con nadie su gloria, como dice Is.42:8« Yo soy YaHWéH, ése es mi nombre; no le cederé mi gloria a otro, ni mi renombre a los ídolos.». Y el Mesías cuando estuvo en el mundo enseñó a adorar a YaHWéH, y no a sí mismo, por lo tanto glorificó a su Padre dejando el ejemplo y dando a conocer el nombre de su Padre. Porque la gloria es primeramente solo de YaHWéH y no del Mesías que la tiene indirectamente, pues nada hubiera hecho sin el Poder de su Padre. Pero la maldad del conocido adversario ha manipulado la fe a través de hombres por siglos para quitarle la honra al Padre Eterno, y así ensució su gloria con ídolos o imágenes vanas violando unos de sus principales mandamientos.

Por todo eso también es faltar al amor hacia el Bendito Todopoderoso.





Pero hay más, ¿cómo debemos amar correctamente a YaHWéH? Ya vimos algo: No apartanos ni reemplazar al pueblo de Yisrael; respetar a YaHWéH como Ser único que no comparte personas ni poderes dándole gloria sólo a Él; y sobre todo reverenciar su bendito nombre, como Elohim lo pide claramente en todas las Escrituras y así lo hiceron los antepasados hebreos, así lo hizo el Mesías, y así lo especifica Pablo citando a Yoel: «Porque todo el que invoque el nombre de YaHWéH se salvará.(Rom.10:13/Yoel 2:32)». Pero sobre todo demostraremos el verdadero amor hacia YaHWéH cuando cumplimos sus mandamientos. Así lo describe Juan:

«En esto sabemos que amamos a los hijos de Elohim, cuando amamos a Elohim y guardamos sus mandamientos. Pues éste es el amor de Elohim: que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son gravosos. (1Juan 5:2-3)». Allí Juan da una fórmula clara, si amamos a los hijos de Elohim, debemos amar a Elohim guardando sus mandamientos. Es facil de entender eso. Pero si decimos que sabemos amar a todos, pero no guardarmos el Shabat o no celebramos las fiestas ordenadas por el mismo YaHWéH y respetadas por el mismo Yahshúa el Mesías, entonces no hay verdadero amor que le corresponde al Padre Eterno. Porque desde el principio de las Escrituras, desde Adam y Eva, YaHWéH ha exigido que el amor hacia él se base en la obediencia a sus mandamientos. Y por causa de Adam se ha perdido ese estado de favor de Elohim para disfrutar sus bendiciones plenamente por la deficiencia de la carne, por lo cual la Torah, que muestra claramente qué es pecado, no puede por sí sola justificar al hombre. Hacía falta la intervención de otro hombre como Yahshúa el Mesías para que pudiéramos alcanzar esa justificación que no sólo es por obras y obediencia. Pero como la fe sin obra es muerta, como dice Jacob 2:17, así también el amor hacia Elohim sin guardar sus mandamientos, es un amor que no sirve para dar frutos y no lo glorifica y reverencia como nuestro Padre Eterno.




Porque, cuando al Mesías le preguntaron cuál es el mayor mandamiento de la Toráh, no respondió ámense entre vosotros solamente. Fue claro al decir citando Deut.6:4-5:

«Yahshúa le respondió: “El principal es: ‘Oye, Yisrael: YaHWéH nuestro Elohim, YaHWéH uno es. Y amarás a YaHWéH tu Elohim con todo tu corazón, con todo tu ser, con toda tu mente y con todas tus fuerzas’.(Mar.12:29-30)».

Y el “Shemá”, como se conoce ese párrafo, aclara no sólo respetar a YaHWéH como absolutamente un Ser indivisible tanto esencial como semánticamente, sino que ordena también a amarlo por sobre todas las cosas. Y las Escrituras enseñan que amamos correctamente a Elohim cuando guardamos sus mandamientos, como lo explica Juan. Porque satán ha sido expulsado del cielo y está en el mundo desde la antigüedad tratando de hacer que los hijos de Elohim se pierdan, y la manera más efectiva es enseñando la desobediencia. De eso habla Rev.12:17, cuando dice: «Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y se fue para hacer guerra contra los demás descendientes de ella, quienes guardan los mandamientos de YaHWéH y tienen el testimonio de Yahshúa el Mashíaj. Y él se puso de pie sobre la arena del mar.». Es claro el pasaje, que hace la guerra contra los descendientes de la mujer que representa al pueblo de Yisrael quien ha dado a luz al Mesías, descendientes entre los que nos encontramos nosotros por la promesa a Yitzjaq por medio de Yaaqov, como dijo Pablo. Y les hace la guerra a los que quieren guardar los mandamientos de YaHWéH, porque de esa manera puede transformar el amor hacia Él en híbrido o mundano, osea, no según el Todopoderoso Eterno, sino según lo que enseña el hombre. Y una vez más, como pasó con Adam y Eva engañándolos , así quiere engañar a toda la humanidad que quiere servir correctamente a YaHWéH, el verdadero y único Elohim Todopoderoso. Porque si bien YaHWéH es uno solo, hay muchas maneras de servirle y amarle, pero no todas son correctas. La única válida es guardar sus mandamientos. Una vez que hacemos eso, entonces se podrá también amar correctamente al prójimo con el segundo mandamiento importante que mencionó el Mesías citando Lev.19:18. Pero si decimos, sólo sirve amar al prójimo, y desobedecemos los mandamientos de YaHWéH, nuestro amor no sirve y tampoco da frutos que sirvan a Él.

La parábola del sembrador es un mensaje claro que enseña la obediencia en el amor a Elohim como única manera de rendir frutos. De lo contrario, uno queda expuesto a sólo amar de palabra y a perder la fuerza en la fe por causa de los problemas del mundo junto a los engaños de satán.





Recordemos que la palabra fe en hebreo, “emunáh”, significa confianza, obediencia, fidelidad, lealtad, firmeza, todos estos conceptos referidos a la Verdad sobre cómo amar a YaHWéH correctamente y perseverar obedeciendo sus mandamientos. El sentido de creer por creer es una obviedad en el camino y que no alcanza para tener una correcta fe, o es una fe incompleta que no sirve.

Esto último sobre la fe tiene relación con la correcta oración. Si uno no tiene una emunáh como en el sentido hebreo del término, pues entonces no podrá orar bien. Pues muchos oran al Mesías adorándolo como si fuera el Padre, y eso ya es un error como dijimos antes que afecta la relación personal con el Todopoderoso. Algunos toman como nombre sagrado en la oración al del Mesías, siendo él un intermediario entre YaHWéH y nosotros. Por lo tanto se falla en la adoración hacia nuestro Padre Eterno, y peor desconociendo la bendición que es reverenciar su Bendito Nombre. Por lo tanto, las oraciones son difícilmente oídas o cumplidas. Pero no quiere decir que sea siempre así, porque YaHWéH es por demás bondadoso y abunda en piedad hacia sus hijos, aunque eso no da derecho a que abusemos de ese favor. Recordemos las palabras de Pablo citando a Yoel siempre sobre invocar el Nombre de YaHWéH. Y si alguno no lo conoce bien a ese Nombre, pues que se dedique estudiarlo para comprender que es ese y no otro deformado.


Una vez que aprendamos a orar bien podremos tener mejores resultados, pero sin olvidarse de amar correctamente a YaHWéH. Hay que quitarse la idea de la mente de que el amor nos libra de cumplir con los mandamientos dados incluso a los antiguos padres hebreos. Esos mandamiento no son sólo para los judíos como dicen. Esos son perpetuos, que deberán cumplirse por todos los que quieren ser hijos de Elohim no sólo hasta que venga el Mesías, sino luego también en el reino milenario del mismo.

La Toráh, que engloba todos los mandamientos dados por YaHWéH, no fue abolida por el Mesías ni mucho menos, como lo dice en Mat.5:17-18:

«“No piensen que yo vine para anular la Torah o los Profetas. No he venido a anular, sino a cumplir. En verdad les digo que mientras no pasen el cielo y la tierra, ni siquiera una iod, ni una tilde pasará de la Torah hasta que todo se haya cumplido.» Y Pablo lo certifica con el sentido correcto de fe/emunáh en Rom.3:31 «Entonces, ¿invalidamos la Torah por la fe? ¡De ninguna manera! Al contrario, confirmamos la Torah.», es decir, nos mantenemos con firmeza obedeciendo, confiando, con fidelidad y lealtad a YaHWéH.





Ahora bien, para los que estamos en el camino de purificación restaurando las raíces de las enseñanzas hebreas del Mesías, de sus enviados y los Profetas, también tenemos que vivir perseverando, y hasta diríamos con más dificultades, porque satán estará guerreando contra aquellos hnos. que más quieren obedecer y guardar los mandamientos de YaHWéH.

La hna. Anna Bellh ha hecho un gran aporte a otro estudio sobre el sufrimiento, del cual quiero rescatar algunos pasajes relacionados con la perseverancia. En su relato de experiencia de su vida ha dicho sobre tres tipos de sufrimientos:





(1) El sufrimiento de la persecución;

(2) El sufrimiento de tener que lidiar con la naturaleza caída; y

(3) El sufrimiento de vivir en un planeta que vive bajo la maldición del pecado.




En cada una de las dimensiones de sufrimiento existe una provisión de llamemosle gracia o El amor de Yahwéh que capacita al creyente a vencer el sufrimiento en lugar de ser víctima del mismo.





Leemos 1 Corintios 10.13.

No les ha venido ninguna prueba que no sea humana; pero Elohim es fiel y no dejará que reciban pruebas mayores de las que pueden soportar, sino que junto con la prueba dará la salida, para que la puedan resistir.





Esta promesa llena de poder permite a todo creyente tener confianza en la lucha contra la tentación. Primero, no llegará tentación a menos que tengamos la facultad —si así lo elegimos— de encararla correctamente. Como un padre amado que no dejaría a su niño andar en bicicleta antes de aprender a caminar, nuestro Creador no nos permitiría enfrentarnos con tentaciones que están fuera del límite de nuestras capacidades.


Segundo, Yahwéh proveerá siempre una vía de escape. ¡Cuando Él permite la prueba, también provee la salida! Y tercero, el designio de Yahwéh al darnos una salida no es para promover nuestras debilidades, sino para aumentar nuestra resistencia.


En la frase «para que puedan soportar» vemos la palabra poder.Recibiremos poder para soportar la prueba.





Revisemos la promesa: (1) No seremos tentados más allá de nuestra posibilidad de resistencia. (2) No seremos tentados sin tener la posibilidad de una vía de escape. (3) No seremos tentados sin que Él nos dé poder completo para mantenernos firmes y enérgicos.





Anna Bellh ha hecho una descripción a modo de ejemplo de cómo soportar las pruebas, también llamadas tentaciones. La cita de Pablo es tal cual como la explicó Anna. Nuestro Padre Eterno conoce nuestro límites que no son los límites que nosotros creemos. El enfocarse en los límites que cada uno cree, nos lleva a andar siempre afligidos sin poder reaccionar. Lo cierto es que, recordando que satán anda furioso tratando de probar la fortaleza de la fe, sobre todos de aquellos que buscan adorar y respetar a YaHWéH como debe ser, entonces con más fuerza hace la guerra con pruebas, siempre tratando de desanimarnos al hacernos creer que estamos sufriendo más de lo que creemos poder soportar.

Por eso es muy importante, como veníamos diciendo antes, entender el verdadero significado de una fe en el sentido hebreo, de una emunáh y todo su entendimiento conceptual.

El vencer frente a la prueba no es, como también entiende Anna, estar inmunizados antes pruebas. Si el mismo Mesías fue probado y también sufrió, cómo no seremos probados y no sufriremos nosotros. Y el Mesías mismo nos dio un claro ejemplo de fe/emunáh, permaneciendo fiel y firme a los mandamientos de YaHWéH.

De esa manera hay que perseverar, no sólo se trata solo de aguantar el sufrimiento. Se trata de permanecer firmes reverenciando y amando a YaHWéH como Él lo exige, como lo hizo Job.





El enviado Jacob lo dice claramente:

«Hermanos míos, cuando se encuentren en diversas pruebas, estímenlo como motivo de gran gozo, sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia.

Pero que la paciencia tenga su obra completa para que sean completos y cabales, no quedándose atrás en nada.(Jac.1:2-4)», donde paciencia es igual a perseverancia, producida por la fe en las pruebas. Y en el mismo capítulo, más adelante dice: «Pero sean practicantes de la palabra, y no solamente oidores, que se engañan a sí mismos.(Jac.1:22)». Esto tiene relación con la obediencia en el amor hacia YaHWéH. Y eso debe abundar en la fe para que dé más poder para soportar todas las pruebas. Esto tiene que ver netamente con las palabras de Pablo, cuando enseña a vivir en el espíritu y no en la carne. Muchos creen que vivir en la carne es obedecer los mandamientos, ¡Al contrario! Cuando se cumple los mandamientos es cuando el espíritu muestra que nuestro ser camina por la buena senda ordenada por YaHWéH. Y ese caminar nos proveerá de una fe verdadera para vencer siempre en todas las pruebas, aun si sufrimos. Por eso también dice Jacob luego: « Pero el que presta atención a la perfecta Torah de la libertad y que persevera en ella, sin ser oidor olvidadizo sino como practicante activo, éste será feliz en lo que hace.(Jac.1:25)». ¿Qué más claras que esas palabras hnos.? No dice el enviado, el que persevera en el amor al prójimo, sino el que será bendecido es quien presta atención y obedece poniéndo en práctica los mandamientos de la Toráh. Y eso es lo que produce libertad, es lo que rompe cadenas de servidumbres a tentaciones y pecados. Obedeciendo y manteniéndonos en oración de manera correcta, son las armas infalibles para hacer frente a todas las pruebas hacia una victoria segura gracias al favor de YaHWéH. Porque es un hecho que si se cumple con los mandamientos de nuestro Padre Eterno, entonces se amará al prójimo de la mejor manera y correctamente como lo pide Él.





Isaías dijo también:

«Así ha dicho YaHWéH: “Observen lo que es recto y practiquen lo que es justo; porque pronto vendrá mi salvación, y se revelará mi justicia. Feliz es el hombre que hace esto, el ser humano que persevera en ello: que guarda el Shabat sin profanarlo, y que aparta su mano de hacer lo malo”.(Is.56:1-2)». Pues bien, aquí tenemos que nos pide YaHWéH que observemos lo que es recto y practiquemos lo que es justo. Eso es lo mismo que pide Jacob. La palabra hebrea para “recto” es “mishpat”, que en principio significa decreto y sentencia justa, y eso es el mandamiento de la Torah dada por el Eterno Padre. Y haciendo eso, practicaremos lo que es justo y bueno, en hebreo es hacer “tzedaqáh”, y por ende iremos en camino a ser justo o “tzadiq”. Pero esto no alcanza solo con la fe, porque la fe sin obras que son cumplir los mandamientos de YaHWéH, es de suya muerta. Y vean también que seguido al primer versículo menciona uno de los mandamientos, el de guardar el Shabbat, y manteniéndose perseverando en cumplir con ello. Pero es solo un ejemplo de sus mandamientos, no el único. Y a su vez, es uno de los más importantes a la hora de demostrarle puro amor al Padre Eterno, si es que queremos cumplir con el mayor que enunció el Mesías con el "Shemá" de Det.6:4-5. No olviden que también es un mandamiento que transfiere una señal como pueblo escogido, como lo dice Ex.31:13.


«Háblale al pueblo yisraelita y dile: Sin embargo, ustedes deben observar mis Shabatot, porque esto es una señal entre ustedes y yo a través de los siglos, para que sepan que yo YHWH los he consagrado.»



Pablo también certifica la importancia de cómo perseverar en las buenas obras, en la fe verdadera obedeciendo a YaHWéH. Así lo dice en Rom.2:6-8

«El recompensará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que por su perseverancia en las buenas obras buscan gloria, honra e incorrupción; pero un castigo severo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia.» No obedecer a la verdad es precisamente desobedecer a los mandamientos de YaHWéH, y eso es no poner en práctica la Toráh, lo que lleva a ser injustos ante el Todopoderoso, y por eso vienen los castigos porque no se soportan las pruebas en la desobediencia.





Luego dice Pablo:

«Así que, declarados justos por la fe, estamos en paz con Elohim por medio de nuestro Maestro Yahoshúa el Mashíaj.

Por su medio también hemos obtenido acceso por la fe a este favor en el cual estamos firmes, y nos gloriamos en esperar la gloria de Elohim.

Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce perseverancia, y la perseverancia produce aprobación, y la aprobación produce esperanza.

Y la esperanza no decepciona, porque el amor de Elohim se ha derramado en nuestros corazones gracias al espíritu de santidad que se nos ha dado.(Rom.5:1-5)»

Aquí tenemos profundas palabras de Pablo. No dice que tener la fe de solo creer es suficiente para cumplir con Elohim, ya sabemos que es muerta sin obras, sino que dice que por la fe/emunáh tenemos acceso al favor de Elohim y eso nos hace estar firmes y nos permite gloriarnos en las tribulaciones, porque ellas nos producen perseverancia y resistencia para vencer. Y al perseverar obtenemos aprobación de nuestro Padre Eterno, y todo concluye en la esperanza firme e inamovible. Porque cuando amamos a Elohim como el lo exige, y no según el mundo o el hombre, entonces el amor de YaHWéH se derrama en nuestros corazones por medio de su Espíritu Poderoso que nos eleva de los problemas del mundo soportándolo todo. Y ese es el gran premio de la perseverancia, una fe hebrea que lo resistirá todo aunque tengamos que pasar por muchos sufrimientos. Pero decía Pablo, cuanto más sufrimos, más vencedores somos.





Y también Pedro dice en relación a la perseverancia en la fe.


«Bendito sea el Elohim y Padre de nuestro Maestro Yahoshúa el Mashíaj, quien según su grande misericordia nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva por medio de la resurrección de Yahoshúa el Mashíaj de entre los muertos; para una herencia incorruptible, incontaminable e inmarchitable, reservada en los cielos para ustedes que están guardados por el poder de YaHWéH mediante la fe, para la salvación preparada para revelarse en el tiempo final.

En esto ustedes se alegran, a pesar de que por ahora, si es necesario, estén afligidos momentáneamente por diversas pruebas, para que la prueba de su fe –más preciosa que el oro que perece, aunque sea probado con fuego– se halle digna de alabanza, gloria y honra en la revelación de Yahshúa el Mashíaj.(1Ped.1:3-7)» "Guardados en el poder de YaHWéH mediante la fe" es el fruto de amar a Elohim obedeciendo sus mandamientos, y eso nos llevará al premio de la salvación y la vida eterna prometida. Y Pedro aclara que por eso debemos seguir firmes en esa fe obediente a pesar de que estemos afligidos con diversas pruebas, para que seamos encontrados dignos de merecedores del premio cuando venga el Mesías. Y luego en otro lugar Pedro explica más aun:

«1Pe 5:6 Así que humíllense bajo la poderosa mano de YaHWéH para que él los exalte al debido tiempo.


1Pe 5:7 Déjenle a él todas sus preocupaciones, que él se interesa por ustedes.


1Pe 5:8 Sean sobrios y manténgase alerta. Su adversario, el Acusdador, como león rugiente, anda alrededor buscando a quién devorar.


1Pe 5:9 Opóngansele, firmes en la fe, sabiendo que los mismos sufrimientos se van cumpliendo entre sus hermanos en todo el mundo.


1Pe 5:10 Y cuando hayan padecido por un poco de tiempo, el Elohim de toda gracia, quien los ha llamado a su eterna gloria en el Mashíaj Yahoshúa, él mismo los restaurará, los afirmará, los fortalecerá y los establecerá.


1Pe 5:11 A él sea el dominio por los siglos. Amén.»

Humillarse bajo la mano poderosa de YaHWéH no es ni más ni menos que obedecer sus mandamientos, serle fiel y amarlo de esa manera, y no obedecer ensañanzas humanas que intentan cambiar las Escrituras. Pongamos nuestra preocupaciones en Elohim cuando oremos pero también reveamos nuestros actos. Y para hacer frente al satán, debemos oponernos con la verdadera fe/emunáh, la que definimos antes. Y luego de sufrir como todos en el mundo y luego de haber perseverado en la fe correcta, seremos restaurados y afirmados, fortalecidos y establecidos de cara al premio prometido.





Y en Rev. Podemos ver lo que dice en definitiva de la perseverancia frente a todas las pruebas: « Rev 14:12 ¡Aquí se requiere la perseverancia de los santos, quienes guardan los mandamientos de YaHWéH y la fe de Yahshúa!”». Y para poder lograr el premio de poder entrar a la Nueva Jerusalem por sus puertas, como lo dice en Rev.22:14 « Felices los que guarda sus mandamientos, para que tengan derecho al árbol de la vida y para que entren en la ciudad por las puertas.»






«¡BaRuKH HaBa BeSHeM YaHWéH!


"¡Bendito es el que viene en el Nombre de YaHWéH!"»


Shalom con ustedes.